La eliminación de cerumen siempre ha sido una preocupación para la humanidad. De hecho, en el siglo I, Cornelio Celso ofreció en su Tratado de Medicina una serie de remedios para eliminar el cerumen acumulado. Hoy, con todo lo que ha avanzado la ciencia médica, se sabe que no es necesario recurrir a pociones y otros brebajes para mantener muy limpios nuestros oídos. Cuando la cera acumulada forma un tapón, se puede quitar fácilmente. Siempre debe hacerse en el consultorio de un médico.
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Cómo lavar los oídos
El oído externo incluye el pabellón auditivo, el canal auditivo y el tímpano.
Eso significa que, como nos dice el Dr. Lassaletta, no es necesario poner nada dentro para limpiarlo. Ni siquiera la punta de una toalla o gasa o pañuelo, y mucho menos hisopos de papel, algodón u otros materiales. En este punto, el doctor Lassaletta es exhaustivo: “nunca se deben utilizar los hisopos. Es incomprensible que todavía se vendan para limpiar los oídos”. De hecho, en las cajas aparece la leyenda «No introducir en el canal auditivo».
Según la experta, su uso tiene más riesgos que beneficios. «Pueden hacer que entre un poco de cera y se compacte contra el tímpano, causando tapones». También pueden dañar las paredes del canal auditivo, lo que provoca rasguños o traumatismos, o incluso un bloqueo del canal auditivo, lo que puede provocar pérdida de audición. Un hombre sano de 31 años desarrolló una infección cerebral peligrosa porque un trozo de hisopo de algodón que se le dejó en el oído le provocó una otitis externa maligna.
Otros hábitos también pueden ser muy peligrosos, como introducir un objeto punzante (una horquilla, por ejemplo) porque puede perforar el tímpano. «Entre los otorrinolaringólogos siempre decimos que lo máximo que se puede poner en el oído es el codo», bromea el Dr. Lassaletta.
Respecto a las soluciones líquidas para limpiar los oídos, el otorrinolaringólogo dice que no son recomendables. Son sprays que rocían el oído con una solución generalmente a base de agua de mar. “Lo que hacen es humedecer el interior del oído, lo que puede aumentar el riesgo de infección”, añade el experto.
Lavar las orejas, solo por fuera
Los médicos dicen que limpiar la parte exterior de las orejas es muy sencillo: “cada vez que nos lavamos la cabeza, por ejemplo, tenemos que limpiar la parte exterior de las orejas”. No se necesita nada más. Pero con un paño húmedo fino, se puede frotar suavemente la oreja sin necesidad de introducirla en el canal.
El Dr. Luis Lassaletta insiste en que el oído se limpie solo. Para ello, en el interior del conducto auditivo existen unas células con una misión muy peculiar: cuando algo entra en el conducto auditivo, se desplazan empujando hacia fuera al microorganismo, líquido o sustancia. Es una forma de defensa. Pero, al mismo tiempo, expulsa la cera que produce el oído, que se cree ayudada por el movimiento de la mandíbula al hablar o comer.
Esa cera o cerumen es también un mecanismo de defensa para nuestros oídos. La piel del conducto auditivo externo, que es lo que va desde el oído hasta el tímpano, contiene unas glándulas especiales que la fabrican para proteger los oídos de los gérmenes. Se compone de células epiteliales muertas, una sustancia aceitosa y agentes antibacterianos.
Los investigadores estadounidenses Tuu Jyi Chai y Toby C. Chai realizaron un experimento en 1980, que se publicó en las revistas de la Sociedad Estadounidense de Microbiología. Recolectaron y mezclaron cerumen de 12 personas en una solución de alcohol e introdujeron algunas bacterias en la mezcla, como Haemophilus Influenzae y E. coli. Descubrieron que el cerumen mataba entre el 30% y el 80% de los patógenos. Esto apoyó la idea de que sirvió para eliminar algunos organismos extraños que pueden ingresar al canal auditivo.
Cómo se forman los tapones de los oídos
La cantidad de cerumen que forma el oído es algo muy individual, como la grasa de la piel, y hay gente que hace poco y otra que hace mucho. Esto puede causar enchufes incómodos. Además, «algunas personas, debido a su anatomía, tienen más riesgo de crear tapones de cerumen». Tienen un conducto más estrecho o más angulado, lo que provoca que la cera se acumule en el oído taponándolo.
En estos casos, es necesario eliminar la acumulación de cera, pero siempre bajo prescripción médica. Saber si alguien tiene un tapón o no es fácil: basta con que el médico mire los oídos con un otoscopio.
Cómo se quitan los tapones de cera
Siempre se debe consultar con el médico. Si hay un tapón, el paciente nunca debe intentar quitarlo por sí mismo, con gotas u otros medicamentos. El médico suele prescribir una solución en forma de gotas para que el paciente se las administre en casa en los oídos unos días antes de la extracción. «Sirven para ablandar ese cerumen», dice el Dr. Lassaletta.
Una vez realizada esta operación, existen dos métodos:
- El otorrinolaringólogo o una enfermera especializada con una jeringa grande introduce abundante líquido, generalmente agua o solución salina, para que el tapón salga con presión. Es un poco agresivo, pero está contraindicado en personas que hayan tenido problemas de audición o alguna intervención de oído.
- Con microscopio y extracción manual: en este caso, el otorrinolaringólogo, con la ayuda de un microscopio e instrumentos adecuados, extrae manualmente el tapón.
Lo que nunca hay que hacer
- Ponga cualquier cosa en el oído, ni siquiera los prácticos bastoncillos de algodón.
- No aplicar ningún tipo de medicamento en forma de gotas sin prescripción médica.
- No use remedios caseros, como aplicar unas gotas de aceite de oliva o de almendras dentro del canal auditivo, o usar velas encendidas.